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By Scot Smith on febrero 19, 2013

Las antorchas son un elemento de seguridad importante en la mayoría de las instalaciones de producción y procesamiento de petróleo y gas, ya que proporcionan un medio seguro y eficaz para quemar los gases residuales durante una emergencia en la planta. Estas condiciones de emergencia suelen coincidir con cortes de energía, pérdida de vapor, incendio en la planta o una variedad de otros escenarios. Las antorchas también se utilizan para quemar de forma segura cualquier caso de alivio continuo que pueda resultar de los procesos en curso, las fugas de las válvulas de control, las purgas, etc. En los últimos años, los gobiernos locales, las agencias de calidad del aire, los grupos ecologistas y los usuarios finales han presionado para reducir la cantidad de llamaradas continuas. Estos casos concretos de quema en antorcha se consideran un derroche, una contaminación y un peligro potencial para los seres humanos. En este documento se analizarán varios métodos diferentes para reducir y/o mitigar el impacto de la quema continua como parte de un Plan de Mitigación del Impacto de la Quema (FIMP).

En un FIMP, uno de los primeros pasos debe ser comprender mejor las fuentes de combustión continua en una instalación. Esto puede ser un proceso difícil, ya que los operadores locales pueden tener una tendencia a subestimar la cantidad de quema continua que se produce en una instalación. Debe obtenerse una estimación realista de la combustión en antorcha para determinar la mejor y más económica forma de actuar. Las antorchas son un elemento de seguridad importante en la mayoría de las instalaciones de producción y procesamiento de petróleo y gas, ya que proporcionan un medio seguro y eficaz para quemar los gases residuales durante una emergencia en la planta. Estas condiciones de emergencia suelen coincidir con cortes de energía, pérdida de vapor, incendio en la planta o una variedad de otros escenarios. Las antorchas también se utilizan para quemar de forma segura cualquier caso de alivio continuo que pueda resultar de los procesos en curso, las fugas de las válvulas de control, las purgas, etc. En los últimos años, los gobiernos locales, las agencias de calidad del aire, los grupos ecologistas y los usuarios finales han presionado para reducir la cantidad de llamaradas continuas. Estos casos concretos de quema en antorcha se consideran un derroche, una contaminación y un peligro potencial para los seres humanos. En este documento se analizarán varios métodos diferentes para reducir y/o mitigar el impacto de la quema continua como parte de un Plan de Mitigación del Impacto de la Quema (FIMP). En un FIMP, uno de los primeros pasos debe ser comprender mejor las fuentes de combustión continua en una instalación. Esto puede ser un proceso difícil, ya que los operadores locales pueden tener una tendencia a subestimar la cantidad de quema continua que se produce en una instalación. Debe obtenerse una estimación realista de la quema en antorcha para determinar la mejor y más económica forma de actuar.

tambor profundo de sello líquido
Tambor de sello líquido profundo para un sistema FGRU

Algunas instalaciones tienen caudalímetros de masa térmica o ultrasónicos instalados en las líneas de antorcha que miden y registran los caudales de gas de antorcha de forma continua. Cada tipo de caudalímetro tiene una capacidad de reducción limitada, por lo que puede ser difícil obtener lecturas precisas de los caudales en las grandes cabeceras de las antorchas (de 36" o más). También debe evaluarse el funcionamiento de la instalación para determinar si hay situaciones de mantenimiento regulares o planificadas que se produzcan con suficiente frecuencia como para considerarlas condiciones normales.

Después de recoger los datos, cada instalación (o usuario final) debe determinar qué caudal se considera normal y continuo y qué caudal se considera de emergencia. Es posible que la normativa local sólo permita un determinado número de horas de combustión de emergencia en un período de 24 horas. También debe evaluarse la ubicación de la instalación. Si la planta está situada en una zona remota, los eventos de quema en antorcha pueden no afectar a las comunidades locales. Una solución preferible en estos casos particulares es mejorar la antorcha para garantizar que los índices continuos funcionen sin producir ningún humo visible. Sin embargo, si la instalación está cerca de zonas urbanas, puede ser necesario eliminar por completo cualquier quema continua debido a la preocupación del público. Algunas instalaciones tienen caudalímetros de masa térmica o de tipo ultrasónico instalados en las líneas de combustión que miden y registran los caudales de gas de combustión de forma continua. Cada tipo de caudalímetro tiene una capacidad de reducción limitada, por lo que puede ser difícil obtener lecturas precisas de los caudales en las grandes cabeceras de las antorchas (de 36 pulgadas o más). También debe evaluarse el funcionamiento de la instalación para determinar si hay situaciones de mantenimiento regulares o planificadas que se produzcan con suficiente frecuencia como para considerarlas condiciones normales. Después de recoger los datos, cada instalación (o usuario final) debe determinar qué caudal se considera normal y continuo y qué caudal se considera de emergencia. Las regulaciones locales pueden permitir sólo un cierto número de horas de quema de emergencia en un período de 24 horas. También debe evaluarse la ubicación de la instalación. Si la planta está situada en una zona remota, los eventos de quema en antorcha pueden no afectar a las comunidades locales. Una solución preferible en estos casos particulares es mejorar la antorcha para garantizar que los índices continuos funcionen sin producir ningún humo visible. Sin embargo, si la instalación está cerca de zonas urbanas, puede ser necesario eliminar por completo cualquier quema continua debido a la preocupación del público.

 


Conclusión

Las antorchas desempeñan un papel importante en la seguridad de las instalaciones, ya que proporcionan un medio seguro y eficaz para quemar los gases residuales en situaciones de emergencia. Sin embargo, cuando se requiere la quema continua de antorchas, es preferible mitigarla o eliminarla. La solución adecuada para este cambio debe determinarse como parte de un Plan de Mitigación del Impacto de la Quema (FIMP). Se debatieron dos tipos diferentes de soluciones como resultado del FIMP de un usuario final. La primera consiste en actualizar sus instalaciones GOSP con tecnología de antorcha sin humo HPAAS. La segunda es añadir sistemas FGRU a algunas de las instalaciones más grandes. Ambas soluciones ofrecen un método atractivo para reducir los efectos negativos de la combustión en antorcha. La industria energética sigue avanzando con soluciones más eficaces, como la recuperación de gases de antorcha. Zeeco es un proveedor experimentado de sistemas de antorcha y de recuperación de gases de antorcha, y puede ofrecer una gran variedad de ayudas a los clientes que necesiten soluciones económicas y eficaces.

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