En Zeeco, hemos visto cómo los clientes se enfrentan a las costosas consecuencias de los tiempos de inactividad y a la presión por reducir las emisiones totales. Nuestro avanzado sistema de ignición balística ZIP™ (Zirconium Instant Pressurized) ofrece una solución de ignición de sistemas de antorcha "bajo demanda" segura, fiable y flexible que minimiza las emisiones, funciona eficazmente en condiciones meteorológicas adversas y puede eliminar la necesidad de un suministro continuo de gas combustible piloto.
El sistema elimina el uso continuo de gas piloto y consigue un encendido más fiable que las tecnologías de chispa eléctrica directa. Cuando se utiliza junto con la recuperación de gas de antorcha (FGR) y un sello líquido, se pueden lograr cero emisiones de hidrocarburos durante el funcionamiento continuo, lo que cumple con las iniciativas de "Cero quema de rutina para 2030". Además, todos los componentes de ignición se eliminan por completo de la zona afectada por el calor para ofrecer años de funcionamiento fiable.
El sistema de ignición balística ZIP utiliza un sistema de lanzamiento de nitrógeno comprimido para propulsar un perdigón relleno de circonio a través de un tubo guía hasta la punta de la bengala. Al salir del tubo guía a gran velocidad, cada perdigón impacta en una placa de percusión, llenando de chispas la salida de la punta de la bengala y encendiendo el flujo de gas de la misma. Para reducir el mantenimiento y proporcionar una chispa fiable, todos los componentes electrónicos y las piezas móviles están montados en el armario de lanzamiento, situado a una distancia considerable de la punta de la antorcha. El armario de lanzamiento incluye los siguientes elementos:
Mientras que los sistemas de baja presión utilizan pastillas explosivas diseñadas para detonar mecánicamente al salir del sistema, el sistema de alta presión de Zeecoutiliza pastillas rellenas de circonio sin material explosivo interno. Nuestros perdigones de circonio requieren un impacto de alta velocidad con una placa percutora para crear chispas y no detonan si se dejan caer durante los procesos de carga o recogida de fragmentos, lo que supone una alternativa más segura a los sistemas de baja presión del mercado. Los gránulos se someten a pruebas periódicas para garantizar su seguridad, fiabilidad y calidad.