Scot Smith y Christopher Filoon, Zeeco, EE.UU., explican cómo el empleo de la tecnología de control directo de la llama puede ayudar a los operadores a cumplir la normativa cada vez más estricta sobre combustión en antorcha.
A lo largo de los años, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de EE.UU. ha participado activamente en varias iniciativas de aplicación de las antorchas, ya que éstas pueden ser una fuente importante de emisiones. Las acciones de la EPA incluyen la aplicación de una serie de decretos de consentimiento, el establecimiento de normas para las eficiencias de eliminación de la destrucción adecuadas (DRE) y el apoyo a las demandas civiles de grupos ecologistas contra los usuarios finales. El 30 de junio de 2014, la EPA propuso revisiones de las Normas Nacionales de Emisión de Contaminantes Atmosféricos Peligrosos (NESHAP) para las refinerías de petróleo con el fin de incluir requisitos de supervisión y funcionamiento de las antorchas, y para exigir que las antorchas que sirven como dispositivos de control en las refinerías de petróleo alcancen una eficiencia de destrucción mínima del 98%.
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